Quebrantar el silencio “natural” sobre ejercer el derecho de los cuerpos de las personas gestantes se vuelve, hoy 2022, imperativo

El 20 de noviembre de 1971 un enorme grupo del Movimiento para la Liberación de la Mujer (MLF) se manifestó en París para tener derecho (humano) a elegir la maternidad, la anticoncepción y el aborto. El objetivo principal de esta histórica manifestación como bien lo cita Carmen G. de la Cueva en su libro Un paseo por la vida de Simone de Beauvoir, (Ed. Lumen, 2018): transgredir la ley del silencio. 

En la actualidad, y en instituciones de educación superior, por ejemplo, esta ley del silencio sigue incorrupta. La problemática de la despenalización o legalización de la interrupción voluntaria del embarazo no se habla en las universidades de América Latina y el Caribe, o se habla, pero de manera muy discreta y exclusiva. 

Pareciera que las personas gestantes no tienen embarazos no deseados durante sus estudios universitarios. Aquí, es relevante hacer un alto y reflexionar sobre el perfil de una mujer (biológica) o de una persona gestante en la universidad. Lo que es lo mismo señalar que el sexo o las prácticas sexuales no son un tema fundamental en las IES. 

Marcha por la legalización del aborto en Cdmx, 2021

Paradójicamente, en las últimas décadas, se han visibilizado y expresado las sexualidades disidentes, presentes en las universidades. Sin embargo, lo sexual, que tiene como resultado un embarazo, de eso no se habla. 

Es por eso que esta entrevista, realizada por el equipo de la RUGEDS a Jennifer Paine, activista por el aborto legal en México, se torna al extremo relevante. Quebrantar el silencio “natural” sobre ejercer el derecho de los cuerpos de las personas gestantes, se vuelve, hoy 2022, imperativo. 

Desde el frente de la sociedad civil, Paine trabaja hace más de 20 años en derechos sexuales y reproductivos, a la vez que también en el acceso legal y/o seguro en México. 

En este diálogo, pone énfasis en los obstáculos por los que atraviesa, por ejemplo, el Estado mexicano para despenalizar el aborto, donde existe una falta de apoyo social, precisamente, porque el tema no se toca en el ámbito universitario, medios de comunicación, en la política. 

No poner sobre la mesa de las universidades la problemática del aborto en América Latina y el Caribe, también, es violencia de género. 

La entrevista completa está disponible aquí.